En solo un par de generaciones, una brecha de género se ha cerrado para abrir otra. Ahora los varones están viendo la espalda de las mujeres en diversas esferas de la vida, como expone el libro de Hanna Rosin, "El fin de los hombres y el surgimiento de la mujer", en todo el mundo desarrollado y en un número cada vez mayor de países pobres.

Dentro y fuera del salón de clases

Puede observarse en el gráfico que un mayor porcentaje de varones quinceañeros no logran las competencias básicas en matemáticas, lectura y ciencias  con respecto a las quinceañeras en países diversos. Al parecer, la razón está fuera del salón de clases: ellas destinan cinco horas y media a las tareas, una hora más que ellos. Además ellos suelen llegar tarde y describir a la escuela como una pérdida de tiempo con mayor frecuencia que ellas.

Los maestro tienen cierta responsabilidad también. Las(os) maestras(os) escolares favorecen a quienes muestran más educación y evitan las peleas, características relacionadas más con las alumnas. Las maestras favorecen a su mismo sexo tanto como los maestros, pero al haber más maestras los varones escolares sufren por la falta de imparcialidad. Se ha demostrado que los niños son más propensos que las niñas a repetir un año, incluso cuando son de igual capacidad.

Después de la escuela

Las mujeres que asisten a la universidad son más propensas que sus pares masculinos para graduarse y por lo general obtienen mejores calificaciones. Según la OCDE, el retorno de la inversión de un título universitario es mayor para las mujeres que para los hombres en muchos países, aunque no en todos.

En el gráfico inferior, se observa cómo las mujeres son preferidas por académicos de ambos géneros en biología, ingeniería y psicología aun cuando los hombres poseen las mismas calificaciones. ¿Podemos seguir afirmando que las mujeres son desfavorecidas en el campo académico?